Texto: Rafa Cofiño
Fotografía: Jose Olivares
Hice con los dedos
una golondrina
para cortarte el vestido.
Algunos de tus movimientos
aliviaban la tijera
que descubría
la infinita palidez de tu cuerpo.
En el misterio la golondrina
se transmutó de nuevo en dedos
los dedos asumieron
el precio de tu vientre
y la boca displicente
mordió el gemido
y la estirpe lunar
que me ofrecías.
En mi lengua
morimos.
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3 comentarios:
Chico, la verdad es que está mal que lo diga yo que soy colega vuestro, pero está soberbio..
;)
No está mal, no (funambulísticamente hablando)
Pues sí: Goal.
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