Fotografía: Jose Olivares
Texto: Rafa Cofiño
en cierta conversación nos pusimos tristes
abandonamos los vasos en el suelo
tristes por la simetría de ciertas consonantes
o quizás fue ver el paseo fugando hacia ningún sitio en el mar
o las hebras en las solapas
o la cubitera herida con esa pátina melancólica y otoñal
o esos discursos tan repetidos
como las costumbres de ciertas mujeres que reinciden
usando sus vaginas con objetos inanimados
o animados pero tan muertos como los penes de sus tristes parejas
jugando a favorecer los labios
insinuando su cuerpo en diagonal
en un lecho de tamarindo prefabricado y gardante
.
domingo, 30 de noviembre de 2008
jueves, 16 de octubre de 2008
sin migas
Fotografía: José Olivares
Texto: Rafa Cofiño
a veces me pierdo
te perdí, me pierdo, nos perdemos
y los relojes y los bolsillos y la niña y las piernas o las azucenas
o el empeño de migas o el café cajas maderas limones el cesto la compra el mercado
la noche mi hombre esta casa los sueños miles de gatos la sala llena de gente subir a la buhardilla
ese niño miope mirándome abrazando sonriendo entrando y la ventana me siento me quedo mirando
y la niña la niña del espejo ya no soy
ya no soy yo
a veces me pierdo
da miedo
da miedo tanto mundo
da miedo tanto miedo
da miedo
Texto: Rafa Cofiño
a veces me pierdo
te perdí, me pierdo, nos perdemos
y los relojes y los bolsillos y la niña y las piernas o las azucenas
o el empeño de migas o el café cajas maderas limones el cesto la compra el mercado
la noche mi hombre esta casa los sueños miles de gatos la sala llena de gente subir a la buhardilla
ese niño miope mirándome abrazando sonriendo entrando y la ventana me siento me quedo mirando
y la niña la niña del espejo ya no soy
ya no soy yo
a veces me pierdo
da miedo
da miedo tanto mundo
da miedo tanto miedo
da miedo
miércoles, 1 de octubre de 2008
Lunar
Texto: Rafa Cofiño
Fotografía: Jose Olivares
Hice con los dedos
una golondrina
para cortarte el vestido.
Algunos de tus movimientos
aliviaban la tijera
que descubría
la infinita palidez de tu cuerpo.
En el misterio la golondrina
se transmutó de nuevo en dedos
los dedos asumieron
el precio de tu vientre
y la boca displicente
mordió el gemido
y la estirpe lunar
que me ofrecías.
En mi lengua
morimos.
Fotografía: Jose Olivares
Hice con los dedos
una golondrina
para cortarte el vestido.
Algunos de tus movimientos
aliviaban la tijera
que descubría
la infinita palidez de tu cuerpo.
En el misterio la golondrina
se transmutó de nuevo en dedos
los dedos asumieron
el precio de tu vientre
y la boca displicente
mordió el gemido
y la estirpe lunar
que me ofrecías.
En mi lengua
morimos.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Ira
miércoles, 27 de agosto de 2008
Amnesia
Fotografía: Jose Olivares
Texto: Rafa Cofiño
Desaprenderte.
Será como deconstruirte
los nombres,
olvidarte los perfiles,
tapar ciertas direcciones,
obviar varios adjetivos,
aquellos
que no pronunciaste
al mirarme
y
los que no dimos
al alba;
los verbos huérfanos,
los recorridos sin hacer.
Desaprehenderte.
Soltarte.
Como si todo fuera un sueño.
Borrar señas y números,
las palabras que podría utilizar
para decirte.
Y eliminar ciertas ciudades
de los mapas,
tergiversar geografías comunes,
ciertos senderos
por tu cuerpo
no transitado
y llenarlos con sigilos cotidianos,
con esas peceras que mantienen
vivos a millones de peces
boqueantes en las calles
esperando morir
o vivir
vivir a medias
pero morir.
Desaprenderte.
Escribir esto para uno mismo
en un papel viejo,
alimentarme con tinta
al mediodía,
bajar luego a la ciudad
sin sueño
a buscarme
esos rastros de mi
ya sin ti.
Texto: Rafa Cofiño
Desaprenderte.
Será como deconstruirte
los nombres,
olvidarte los perfiles,
tapar ciertas direcciones,
obviar varios adjetivos,
aquellos
que no pronunciaste
al mirarme
y
los que no dimos
al alba;
los verbos huérfanos,
los recorridos sin hacer.
Desaprehenderte.
Soltarte.
Como si todo fuera un sueño.
Borrar señas y números,
las palabras que podría utilizar
para decirte.
Y eliminar ciertas ciudades
de los mapas,
tergiversar geografías comunes,
ciertos senderos
por tu cuerpo
no transitado
y llenarlos con sigilos cotidianos,
con esas peceras que mantienen
vivos a millones de peces
boqueantes en las calles
esperando morir
o vivir
vivir a medias
pero morir.
Desaprenderte.
Escribir esto para uno mismo
en un papel viejo,
alimentarme con tinta
al mediodía,
bajar luego a la ciudad
sin sueño
a buscarme
esos rastros de mi
ya sin ti.
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